TEXTO I
SOBRE LA MODA
Siempre la moda fue la moda. Quiero decir que siempre el mundo fue inclinado a los nuevos usos. Esto lo lleva de suyo la misma naturaleza. Todo lo viejo fastidia. El tiempo todo lo destruye. A lo que no quita la vida, quita la gracia... Piensan algunos que la variación de las modas depende de que sucesivamente se va refinando más el gusto, o la inventiva de los hombres cada día es más delicada. ¡Notable engaño! No agrada la moda nueva por mejor, sino porque se juzga que lo es, y por lo común se juzga mal. Los modos de vestir de hoy que llamamos nuevos, por la mayor parte son antiquísimos. Aquel linaje de anticuarios que llaman medallistas (estudio que en las naciones también es de la moda) han hallado en las medallas que las antiguas emperatrices tenían los mismos modos de vestidos y tocados que, como novísimos, usan las damas en estos tiempos... Hoy renace el uso mismo que veinte siglos ha expiró. Nuestros mayores le vieron decrépito y nosotros le logramos niño. Enterróle entonces el fastidio y hoy le resucita el antojo.
[ ...] La razón de la utilidad debe ser regla de la moda. No apruebo aquellos genios tan parciales de los pasados siglos que siempre se ponen de parte de las antiguallas. En todas las cosas el medio es el punto central de la razón. Tan contra ellas, y a caso más, es aborrecer todas las modas que abrazarlas todas. Recíbase la que fuere útil y honesta. Condénese la que no trajera otra recomendación que la novedad.
FEIJOO
TEXTO II
ALARMA EDUCATIVA
De nuevo malas noticias para nuestra educación en el tramo de la enseñanza secundaria. Los resultados del último Informe PISA, que analiza periódicamente el nivel de capacidades y conocimientos de los jóvenes que están en esta franja de edad en 57 países, incluidos todos los pertenecientes a la OCDE, muestran un estancamiento en las ya mediocres prestaciones en conocimiento científico básico o en comprensión y uso del lenguaje de los alumnos españoles. Nunca estará de más insistir en la importancia crucial de la educación para el futuro de nuestro país. En otros países, los malos resultados en alguno de los informes PISA u otros similares han desencadenado una reacción de búsqueda de soluciones en la que ha participado la sociedad en su conjunto. No parece que esté ocurriendo lo mismo en España, donde tantos problemas de menor enjundia agotan nuestra energía y nuestra imaginación.
El gasto dedicado a la educación, y más en concreto a la educación secundaria, es un factor que influye en los resultados obtenidos, pero no de forma mecánica. Es necesario partir de un volumen de recursos suficientes pero, a partir de ahí, países con niveles de gasto similares obtienen resultados diferentes. Hay otros factores que influyen, dentro de la escuela y fuera de ella. Los primeros se refieren a la organización de la enseñanza, los contenidos, el tamaño y la composición de los grupos o la atención que cada alumno recibe en función de sus necesidades educativas, así como el reconocimiento de la labor de los profesores por parte de las familias y las autoridades.
Los factores externos a la escuela son también esenciales en la mejora de nuestro nivel educativo. En los países que registran mejores resultados existe una clara percepción social de la importancia de la educación y se respeta el esfuerzo necesario para aprender y hacer aprender; muy lejos de la frivolidad o incluso el menosprecio con que se tratan estos temas aquí. Tenemos un problema que afecta a los políticos, pero no sólo a ellos, y a los profesionales de la enseñanza, pero no sólo a ellos. Es toda la sociedad la que debe participar en un debate sobre las medidas que deben tomarse, sabiendo que éstas, por eficaces que sean, tardarán tiempo en hacer su efecto. Razón de más para iniciarlo rápidamente.
El País, 3-XII-2007
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